sábado, 7 de noviembre de 2009

Soledad...

Hace unos días mi sobrino me preguntó qué era la soledad. Mi sorpresa no fue pequeña, creo que nunca piensas ser cuestionado por un niño de 4 años acerca de un tema tan difícil y tan socorrido.

Obviamente no pude responderle como quisiera, como mi corazón dictaba en ese momento; opté por decirle que es estar en tu casa cuando tu mamá se va a comprar la comida y no tienes nadie con quien hablar. Creo que esa respuesta lo satisfizo.

Pero yo no estaba muy conforme con lo que le había dicho, mas aún porque nunca le había mentido a un niño. ¿Acaso mentí? Creo que sí, porque esa respuesta no era ni siquiera una parte de todas las ideas que me pasaron por la cabeza.

A decir verdad ni siquiera yo sé qué es la soledad... solo sé que me aterra. Considero que si la he experimentado, que he estado sola infinitas veces, en esas ocasiones en que todos voltean la cara para no ver la desgracia ajena y no sentirse infinitamente miserables.

No interesa tener mil amigos si ninguno de ellos está a tu lado cuando en verdad lo necesitas, cuando tienes ganas de llorar, cuando estas destrozado, cuando sientes que algo te falta y no puedes saber qué es. Eso es la soledad.

No sirve de nada expresar todos tus sentimientos si jamás llegan a ser comprendidos, si no son escuchados por aquellas personas que te gustaría que los supieran. Eso es la soledad.

Cuando un día despiertas con una inmensa presión en el pecho que te oprime hasta dejarte sin respiración y entiendes que todas las cosas que creíste llegarían a ser maravillosas no son ni siquiera un esbozo de lo que imaginaste y tienes que eliminarlas de tu vida aunque en esa acción se vaya la mitad de lo que eres. Eso es la soledad.

El problema no es saber todo esto, sino no encontrar las palabras exactas para resumirlo.

Tal vez en unos años la duda vuelva a asaltar a mi sobrino y de nuevo pregunte; creo que para ese entonces sabré explicarle y el podrá entender todo aquello que callé esta ocasión. Probablemente siga siendo un asunto inefable.

Pero al final solo falta vivirlo para saber que esta sucediendo...